domingo, 10 de enero de 2010

Saying goodbye, saying hello

Las despedidas siempre son un poco extrañas. Conforme te vas despidiendo de la gente (la gente importante, esa que te llena el corazón por poco que veas) te das cuenta de que cada vez quedan menos. Primero aun te quedan dos cenas, luego sólo una última cerveza. Y para casa.

Cuando te llevan en coche y te dejan en el portal, te percatas de que esas dos personas recibiran tus últimos abrazos hasta dentro de unos meses. Y que la gente con la que acababas de disfrutar una cerveza...ya no la vas a volver ni a ver hasta que puedas vestir con un manga corta.

Duermes, y te levantas sabiendo que no es un nuevo dia. Es el día de la despedida final. Cuando besas a tu familia cercana y quedan ya sólo tu padre o tu madre parece que todos estos pensamientos lleguen con nueva fuerza. Un último beso y un último abrazo. Se atascan los "hasta prontos" aunque sabes que en la esperanza de vida de una persona en España, tres meses son ciertamente un hasta pronto. Pero no puedes evitarlo.

Es entonces cuando atención hacia los detalles más nimios parece que aumente. El sonido de las llaves de casa cuando las dejas, sabiendo que no te las olvidado antes de salir. Volver a dar un beso o un abrazo mientras escuchas un: "Pero si ya me lo habias dado". Siempre le sigue una mentira piadosa, una contestacion como : "Ay,¿si? No me había dado cuenta. Bueno, da igual, ¡otro beso!". Pero el momento llega y la puerta se cierra. Y sigue cerrada cuando te giras a comprobar si hay alguien ahí despidiéndote con la mano. Siempre es más fácil para los que se quedan.

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Y después de cuatro horas de vuelo, un taxi de 100 libras (105 por la espera) y un extraño virus estomacal...YA ESTOY EN CRANFIELD! Y es por eso que vuelvo a escribir, no créais. Como siempre digo: "No se está nada mal." Pero tampoco ha ido mal por Valencia,¿no?







Bueno, habrá que volver a empezar...Begin to begin. Veamos, cosas que contar:

Hoy me duele la cabeza, quizás algo del virus de ayer que aún queda. Cranfield está nevado. Hemos paseado, tomar un chocolate caliente ( chaud chocolate, en francés). Aquí es como llaman al cola-cao aguado. Llegué a casa, me puse melancólico y escribí algo que llevaba unas horas pensando. Miré por la ventana. ¡Todo sigue nevado!






Ahora me siento mucho mejor. Pero quizás también algo más frío. ¿Será que también nevó en mi corazón?

2 comentarios:

  1. Ánimo y ya verás que todo es mucho más fácil que en Septiembre... ahora ya estás en territorio conquistado... ;)

    ¡Un abrazo!

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  2. NieveeeeeeEeEeeEeeEEee!!!

    Para pascua aun seguirá ahi? ^^
    jiji

    Por cierto me encanta la ultima foto!

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