Hoy he echado de menos aquello que no he tenido.
Mientras caminaba entre los cipreses, pensaba que mi sombra tenía razón. El sol del atardecer llamaba a los mochuelos, evocaba a las lechuzas. Mientras languidecian los cipreses, pensaba que mi sombra tenía razon.
Debía de huir de mi mismo, volver a mi hogar. Pero las sombras duermen debajo de las camas de los niños pequeños, se esconden entre los armarios y se arrinconan en los corazones apesadumbrados.
Y sin embargo, yo duermo sobre mi fría cama , no se como esconderme en los armarios. No sé entrar en ningún corazon con tristeza o nostalgia.
Todo esto pensaba cuando la noche llegó. Y no hubo más cipreses que languidecaín, no hubo más hogares. Mientras cantaban las lechuzas y despertaban los mochuelos, soñé que te había encontrado.
Y deseé que mi sombra fuera más feliz en su rincón de lo que yo iba a ser al despertar de mi sueño.
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Patética entrada, lo sé. Pero cuando el abrazo del amigo está lejos, cuando todo sigue igual, cuando...¿he dicho que todo sigue igual?
No puedes sino agradecer. Y suspirar.
http://www.youtube.com/watch?v=WwSxzdqrxlI
Día blasquista
Hace 5 años
Si ya lo decía Sabina.
ResponderEliminarNo hay nostalgia peor que añorar lo que nunca sucedió.
Creeme, a veces es peor que haya sucedido...
Animo y un beso!
hola, Me he hecho un blog, nuevo porque el otro no me gustaba mucho como era y tal y con este me aclaro mejor....
ResponderEliminarbesitosssssssssssssssssssssssssss
Lo mejor de todo es que, lo creas o no, el último día en Cranfield será insoportablemente nostálgico... porque te dirás que no estaría mal quedarse por allí una temporada más y que los recuerdos son demasiado buenos... Luego viene lo de la bandera bretona en la habitación y esas cosas... pero eso es otra historia...
ResponderEliminarUn abrazo grande y mucho ánimo.
Es cierto, las sombras duermen debajo de las camas de los niños pequeños.
ResponderEliminarUn abrazo.